"Tienes 3 segundos para convencerme de que tu historia vale la pena"

Es lo que aparentemente dicen los lectores y espectadores en nuestros tiempos. 

Todos vivimos apurados. Sentimos urgencia por que nos cuenten una historia antes de quedarnos dormidos, que termine la hora de almuerzo del trabajo o nada más para que llegue rápidamente la diversión como una recompensa.

Los dispositivos móviles han cambiado nuestras costumbres y han ganando la batalla por captar nuestra atención. Al estar expuestos al placentero y feliz acoso de nuestros teléfonos, leemos pocos libros. Mucho menos de cuando éramos niños o jóvenes y nuestra abuela renegaba con la frase “los jóvenes ya no leen”.

En 2015, estudios señalaban que debíamos cautivar a la audiencia en 12 segundos para destacar nuestro contenido. En 2019, este periodo disminuyó a 5 segundos, según "Brand Health Tracking". En 2024, se afirma que si tu contenido no engancha en 3 segundos, es improbable atraer a alguien.

Las notificaciones de WhatsApp, Instagram o Tiktok demandan tanta atención como una novia tóxica y tampoco te dejan ver una serie o una película. La tarde que te habías propuesto ver algo en una de las plataformas de streaming termina en una noche, en que sin darte cuenta, has desperdiciado scrolleando el feed de Tiktok.

Sí, si queremos disfrutar un poco más de la vida, hay que empezar a limitar el tiempo que le dedicamos a la “black mirror” del teléfono celular.

¿Y qué pasa cuando queremos contar una historia, pero no logramos que nos atiendan? La idea de gritarle a la gente que nos escuche es tentadora. Lamentablemente si estás pensando en escribir un cuento o una novela, no podrás ir casa por casa a decírselo a cada posible lector. Tampoco amenazar a las personas para que te atiendan es conveniente y quizás también ilegal. Pero calma, hay estrategias menos agresivas, por lo que te presento al “hook”.

El “hook” o “gancho narrativo” no es una innovadora técnica. Esto es algo que desde hace mucho tiempo emplean los escritores y guionistas para captar la atención del público lector o espectador. Este “enganche” se emplea desde el inicio de la historia. En el caso de un cuento puede estar constituido por un conjunto de párrafos o de varias páginas de una novela.

El “gancho narrativo” podría sugerir puntos de la trama que vendrán más adelante, impulsando a que al lector quiera descubrir qué ha pasó antes de lo que le están contando o que sucederá después.

Lee este ejemplo. En la introducción de esta historia, vemos cómo las palabras han sido escogidas con precisión para atraer al lector e introducirlo de inmediato a la historia que será contada.

“¡Es verdad! Soy muy nervioso, horrorosamente nervioso, siempre lo fui, pero. ¿Por qué pretendéis que esté loco? La enfermedad ha aguzado mis sentidos, sin destruirlos ni embotarlos. Tenía el oído muy fino; ninguno le igualaba; he escuchado todas las cosas del cielo y de la tierra y no pocas del infierno. ¿Cómo he de estar loco? ¡Atención! Ahora veréis con qué sano juicio y con qué calma puedo referirles toda la historia.

Me es imposible decir cómo se me ocurrió primeramente la idea; pero una vez concebida, no pude desecharla ni de noche ni de día. No me proponía objeto alguno ni me dejaba llevar de una pasión. Amaba al buen anciano, pues jamás me había hecho daño alguno, ni menos insultado; no envidiaba su oro; pero tenía en sí algo desagradable, ¡Era uno de sus ojos, sí, esto es! Se asemejaba al de un buitre y tenía el color azul pálido. Cada vez que este ojo fijaba en mí su mirada, se me helaba la sangre en las venas; y lentamente, por grados, comenzó a germinar en mi cerebro la idea de arrancar la vida al viejo, a fin de librarme para siempre de aquel ojo que me molestaba”.

 

En el caso de un guion audiovisual, por lo general toma entre los primeros 5 y 10 minutos de la historia.

Durante este primer momento en que contaremos nuestra historia, podríamos aprovechar para plantear el conflicto que impulsará la historia, presentar al protagonista y sugerir qué logrará con el triunfo o la derrota. El gancho podría ser una pregunta que defina el resto de la historia: ¿Walter White podrá evitar que la policía lo encarcele por “cocinar” drogas?

 

 

El orden de la estructura del relato también puede servir para generar un gancho. Por ejemplo, una buena estrategia es valerse del recurso de in media res. Es decir, que la narración empiece por la mitad de la historia, en lugar de utilizar la clásica estructura aristotélica (inicio, nudo y desenlace)

 

¿Cómo realizar un buen “gancho narrativo”?

- Antes de escribir, piensa en qué captaría tu atención y la forma en que debería estar escrito.

- Es mucho más interesante empezar una historia con una acción que con una larga descripción del lugar donde se desarrollen los hechos. Esta sugerencia no es rígida, porque podemos captar la atención del lector si contamos cómo es la escena de un crimen. Pero no olvidemos que ser demasiado detallistas y prolongados en una descripción puede terminar por aburrir al lector.

- Asegúrate de saber hacia dónde irá tu historia, ya que la planificación te ayudará a decidir cómo escribir el “gancho narrativo”.

Ahora que sabes esto, quizás tenga una nueva herramienta para que atrapes a quienes les quieras contar una historia. No olvides que para lograr un buen “gancho narrativo” debes leer y observar mucho. Poco a poco podrás identificarlo fácilmente en las historias que te cuenten y luego, practicando mucho, lograrás conseguir el resultado que deseas. Yo no dejo de investigar sobre el tema, analizar las historias que llegan hasta mí, para intentarlo una y otra vez en mis historias.

Espero que esta información te haya sido útil.