Transcurría el mes de abril. En algunos días se celebraría el “Día del Libro”. Perú no era un país donde la literatura gozara de su mejor momento. La mayoría de su población no solía comprar ni leer muchos libros. Algo irónico, siendo Mario Vargas Llosa premio Nobel de literatura 2010.

Un desafortunado lunes, en el Congreso de la República se debatía un proyecto de ley que planteaba modificar la nueva Ley Universitaria con el fin de eliminar el tope de 70 años para la docencia, un congresista se hizo notar. Su nombre, Bienvenido Ramírez. Médico de profesión.

Durante el debate, Bienvenido decidió participar: “Existe una enfermedad que se llama síndrome de Alzheimer. El síndrome de Alzheimer se da en aquellas personas que estudiaron mucho y que leyeron mucho”. El comentario llamó la atención de otros congresistas  y sus palabras se apoderaron de los muros en diversas redes sociales. La población lectora y no lectora se sorprendió. Era inconcebible que un congresista con estudios en medicina afirmara tal cosa.

Las críticas no se hicieron esperar, dándole a Ramírez la bienvenida a un oscuro lugar en las mentes de los peruanos. La avalancha mediática sepultó al congresista y es así que después de unos días se ratificó.

         - Leer o estudiar no es ninguna causal para contraer Alzheimer- Dijo Ramírez en un comunicado. - Es por ello que ofrezco mis disculpas públicas y me sumo a la difusión de información veraz sobre esta enfermedad.

Esta breve historia parece extraída de un cuento, pero sucedió en mi país. Desconozco lo que motivó a un congresista peruano a hacer este tipo de afirmación. Si buscáramos lo positivo de estas palabras, podríamos rescatar que muchas personas tomaron atención a la lectura. Agradezco que este congresista se halla ratificado, ya que en un mundo imaginario donde las autoridades hubiesen hecho caso a estas palabras, cada libro que compráramos tendría que está acompañado por una advertencia similar a las que encontramos en los paquetes de cigarrillos: “Leer en exceso causa Alzheimer” y por supuesto sumergiría a la sociedad en la oscuridad.

Evidentemente necesitamos los libros. La literatura nos da libertad de pensamiento, nos hace recordar hechos desastrosos para evitarlos y finalmente nos ayuda a comprender el mundo en el que vivimos.

Qué bueno que esta historia haya terminado. Ojalá la gente, a partir de esto, valore más el buen hábito de la lectura.


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Daniel Collazos Bermúdez
www.danielcollazosbermudez.com